Los humores de la tierra. Durante la posguerra, conocemos el mundo rural —la hoy llamada España vaciada—, a través del crecimiento de Gabriel, un niño que vive en Toarbás, aldea campesina y mínima, conociendo la naturaleza, los trabajos  y las personas que forman su comunidad.
Pronto descubre que su vida discurre entre dificultades, desprecio social, pobreza extrema y tensión familiar —su padre atormentado, atormenta a su madre—- Un día decide poner coto a ese martirio. Madura. Descubre el amor temprano al tiempo que la opresión del tirano —el nuevo cabo de la guardia civil— a la que también se enfrenta.
Los humores de la tierra llega al alma del lector y le atrapa abriendo las costuras de la sensibilidad, hoy tan resistentes a dejar entrar los sentimientos.
Los humores de la tierra retrata el alma campesina durante uno de los momentos más desgarrados de la historia de Castilla. La aldea, el campo, la soledad, el silencio de la posguerra, malos tratos ocultos, una madrugada, el amor y la muerte, la migración, abusos de poder, la protección del criminal, la condena del inocente, la satisfacción del sistema con una muerte equivocada.
Los humores de la tierra nos pone en el nacimiento de la emigración, del inicio del vaciado del campo: la novela ahonda en las causas de la agonía acelerada del mundo rural que a todos nos daña.
Los humores de la tierra se ofrece sin artificios lingüísticos, a veces con un tono lírico, al modo de Castilla y afanoso por recuperar vocablos que antaño formaron parte de la cultura rural y que hoy se pierden, como pierde la tierra campesina a sus gentes.



«La vida estaba en la tierra, su tierra. Esa tierra que se mostraba frecuentemente envuelta en humores húmedos, diversos, distintos en invierno que en verano, pero que eran determinantes en la fortaleza y en el carácter de su paisaje. Y en las cosechas. Las nieblas y nevadas del invierno, la calima del verano, el rocío y la escarcha de la primavera, las lluvias otoñales… eran elementos cíclicos que saneaban y fermentaban el suelo fructífero y que hacían recios a los hombres de Toarbás y fuertes a sus mujeres. Son los humores de la tierra. La tierra de cada uno es la tierra de la infancia. Después nada perdura, todo caduca en una fecha fija. El tiempo de la infancia es el tiempo de la experiencia y de los recuerdos, y su recorrido sólo acaba con la muerte».
Los humores de la tierra.
Ángel Gómez González









Ángel Gómez González nació en Vegafría —Segovia—, hace ya 76 años. Vegafría, un pueblo hoy vaciado, siempre fue chico: 60 familias y unos 300 habitantes en su momento más lleno. Catorce personas, encogidas ya, siguen pateando aún, cada día, las mismas calles que antiguamente patearon 300. Esa ruralidad llenó su infancia y pervivió en su vida. Fruto de esa ruralidad es esta novela: Los humores de la tierra.
El menor de una familia de 7 hijos, se hizo maestro estudiando en Madrid, donde ganó la oposición. Destinado a Barcelona ejerció su primera docencia en la escuela de adultos en Viladecans, enseñando a leer y a escribir a personas ya mayores, que en los años 70 aún no habían llegado al conocimiento de las letras. Allí fue feliz.
Pero la ruralidad que impregnó sus hábitos durante la infancia y que marcó su vida y condujo su destino, le empujó con fuerza irresistible a volver a Castilla, al campo de los pueblos donde estaban sus raíces. En el año 1974 pidió traslado a Cuéllar, pueblo donde ha vivido y ejercido el magisterio desde entonces, desarrollando la enseñanza apegado a los valores de la intimidad castellana, a la parquedad de su gente y a la espiritualidad de su tierra.  
En el año 2004 crea y dirige con sus alumnos y profesores compañeros del IES. Marqués de Lozoya, de Cuéllar, el grupo de teatro aficionado Los Mirmidones que cultivan el teatro clásico, especialmente las obras grecolatinas, que llevan por los pueblos de Castilla y particularmente por los de Segovia.
En su jubilación escribe sin ánimo de publicar —hasta ahora—, para su recreo y el de sus amigos. Relatos llenos de realismo y crítica social, cuentos, poesía, teatro… y así, hurgando en su infancia, nace en 2017 Los humores de la tierra.
Con sus principios socialistas y cristianos es un hombre luchador, comprometido con la gente del pueblo y con la justicia social.
Para contactar con el autor: angelgomezg2@yahoo.es
241 pág. 14 x 21,5 cm. papel MARFIL OFFSET VOLUMEN 2.0. Cubierta plastificada mate a todo color. Solapas interiores. PVP: 18 euros. ISBN: 978-84-125130-0-4.

Los humores de la tierra, Ángel Gómez González




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